Hace unas semanas llegó Quantum Break a PC, estando esté disponible en la Windows 10 Store, y hoy por fin se encuentra en la popular plataforma Steam. Por desgracia, junto a este tardío lanzamiento en la plataforma de Valve, el juego ha resultado ser peor que la versión original, teniendo graves problemas de rendimiento.
Remedy, empresa encarga del desarrollo del juego, aún no se ha pronunciado respecto a estos problemas y por qué ha retirado ciertas características en su versión para Steam. Una de ellas es el soporte de DirectX 12, ya que tan solo se encuentra disponible en la primera versión que salió en la tienda de Microsoft. Por ahora, los usuarios de Steam tendrán que jugar a Quantum Break en su versión DirectX 11, y, sin soporte para SLI o Crossfire, lo que puede acarrear graves problemas a cualquiera que esté usando esta tecnología.
Ahora bien, el mayor problema de esta versión de Quantum Break es su falsa resolución. Sí, el juego está funcionando como la versión de Xbox One, la cual escalaba a 1080p, pero realmente está funcionando a 720p independientemente de la capacidad de tu PC. El mayor problema de esta característica es que no puede ser desactivada y hace que el rendimiento en cualquier equipo sea pésimo, ya que, a diferencia de la consola de Microsoft, los diferentes equipos de sobremesa en los que ha sido probado no cuentan con el mismo hardware, y evidentemente, no ejecutan el juego de igual manera.
En GameGPU consiguieron una versión anticipada para Steam de Quantum Break y han estado probando diferentes configuraciones. Como podemos apreciar en sus datos, necesitaremos una GTX 1070 para que este funcione a más de 60 fotogramas por segundo en 1080p emulado. Se las han arreglado para activar una resolución de 1920×1080 nativos, pero el resultado no es nada esperable, ya que necesitaremos una GTX 1080 para que este funcione a más de 60 FPS, y estos no serán constantes.
Quantum Break llega hoy mismo a Steam, y os recomendamos que no compréis este hasta que Remedy y Microsoft solucionen su espantoso rendimiento, ya que no es muy frecuente que un juego actual necesite de una GTX 1080 para funcionar a una resolución a la que cualquier juego podría funcionar sin problemas a una tasa de fotogramas más estable.
